Ene 7, 17 años ago

Panameños se las llevaron todas en la R.X.W.

Domingo 1 de julio.

En la más reciente cartelera Xtreme Domination, de la Revolution Extreme Wrestling (RXW), los luchadores panameños, con trampa o sin ella, se llevaron los honores en una accidentada jornada, en la que las malas condiciones del ring no fueron óbice para que el espectador se llevara el recuerdo de combates fragorosos, en donde la roja sangre de algunos se derramó sobre las instalaciones del gimnasio de La Salle.

La primera lucha fue en parejas, en la que Tony, el loco y Black Warrior hicieron mancuerna para enfrentar al Corruption Crew, el nuevo dúo que dará mucho de qué hablar en las próximas funciones. Los “corruptos” se llevaron la victoria. Muchos ya desean ver en próximas funciones una lucha entre el Corruption Crew y los muchachos del Revolution X.

La siguiente lucha fue de triple amenaza con eliminación de quien recibiera conteo de tres dentro del ring. En la misma, Angelus, Magneto y Ice Man buscaban una oportunidad titular por en campeonato de la federación. Magneto fue el primero en resultar eliminado, pero esto no evitó que se convirtiera en un factor determinante en la victoria final del corpulento Angelus, quien se llevó sorpresivamente a Ice Man, ante la rápida cuenta de tres del árbitro.

El siguiente panameño en ver acción fue El Cuervo, quien tenía ante sí un doble reto: defender su título de lucha extrema ante el taimado y experimentado luchador puertorriqueño Blist en un ring forrado de alambre de púas y en donde todo era válido.

El Cuervo, quien estrenó a su hermosa y misteriosa valet y tenía el pleno respaldo del público, se las vio a gatas con un contrincante sádico, quien no reparó en herir con saña al panameño con el alambre de púas, silletazos y una mesa especial. El Cuervo, al final del encuentro, se vengó de los dos silletazos que le propinase Blist, que a la postre lo habían hecho sangrar profusamente. Con un poco de astucia, El Cuervo conservó su título y su carrera sigue en ascenso.

Luego, en otro combate internacional, El Africano expuso su título de Campeón de confederación internacional ante El cuervo de Ecuador. Resultó ser un movido combate, tipo “lucha de leñadores”, en la que una batería de luchadores, tanto rudos como técnicos molían a correazos al luchador que saliera del ring, El Africano lució superior frente a El Cuervo, quien es campeón de la lucha ecuatoriana.

En un salto suicida hacia fuera del Ring, El Africano cayó sobre todos los luchadores que afuera gozaban repartiéndole correazos a El Cuervo. Una vez los dos en el ring, El Africano, con ayuda de los rudos, logró colocar en un “paquetito” a El Cuervo, quien perdió su oportunidad titular al descalificarse el pleito.

El una lucha inesperada, los Revolution X, quienes estaban entre el público,  fueron retados por el dueño de la RXW a una lucha extrema (escaleras, mesas y sillas) y en desventaja de 2 contra 3, ante los malévolos Pesadilla, Marabunta y Armagedón, quienes además, tenían todas las de perder puesto que el odiado Profe, oficiaría de árbitro especial.

En lo más encarnizado del combate, la tercera cuerda del ring cedió ante el peso de los luchadores, en un combate en el que los Revolution X resultaron seriamente lesionados, pero sus lesiones no fueron obstáculo para que se llevaran la victoria sorpresivamente, ante la inesperada intervención de otro árbitro.

La lucha estelar entre Billy Kidman y Slash se vio retrasada por unos minutos, cuando la cuerda del ring volvió a ceder cuando el internacional se apoyó en ellas para saludar al público, que eufórico se entregó a apoyarle. Con solo dos cuerdas en el ring, Slash salió de los camerinos y comenzó la lucha ante la sorpresa de Kidman y quienes intentaban reparar el encordado. La mayor parte del combate se desarrolló entre el público, con dos luchadores exponiendo su físico al máximo.

Aunque un poco pasado de peso, Kidman dio muestras de su calidad como luchador internacional. En el momento cúspide del combate, Kidman abordó como pudo la tercera cuerda del ring e intentaba lanzarse en su famosa movida Shooting Star Pres, pero fue rápidamente tomado en un contralonazo por Slash, quien con la complicidad del árbitro de llevo una inmerecida victoria y la repulsa del público.
 

Lucha libre en el tercer mundo 

Todos los que amamos el deporte en general conocemos que montar un espectáculo deportivo cuesta, tanto o más, que cualquiera de otro tipo. Es una inversión con muchos riesgos, pocas satisfacciones (solo se consiguen cuando las cosas salen bien) y muchas veces, sin el lucro esperado.

Es por esto que, antes de pasar a esbozar algunas críticas y recomendaciones a la RXW, reconozco en público el esfuerzo que esta compañía ha hecho para llevarle a la afición tres funciones de corte internacional, con estrellas del gran circuito luchístico y procurar una producción que no se había visto hasta ahora en Panamá, con juego de luces, pantalla gigante, buen sonido y carteleras de combate bien estructuradas, aderezadas con tramas y todo lo que un espectador busca.

Lo acontecido en la última cartelera, en la que el plato fuerte de la noche era la presentación del internacional Billy Kidman, me deja como espectador pensando en algunas cosas: fuera del incidente en que un tensor de las cuerdas del ring se rompió en dos ocasiones y razón por la que los dos últimos combates tuvieron que llevarse sin las tres cuerdas reglamentarias, hubo falta de vallas de seguridad para separar al público del ring side; no se vio personal de seguridad que evite que los niños interactúen con los luchadores en pleno combate; las colchonetas de seguridad para los luchadores alrededor del ring brillaron por su ausencia.

En su conjunto, son faltas que le restan calidad al espectáculo. Los organizadores deben tener claro que parte de su negocio es brindar seguridad tanto a sus luchadores como a los asistentes. Si bien es cierto que es responsabilidad de cada padre evitar que sus niños se expongan al riesgo de recibir un mal golpe producto del fragor del combate; también se hace necesario por parte de los organizadores brindar las medidas mínimas de seguridad a quienes pagan por ver un espectáculo.

Que no pase como suele ocurrir en Panamá, en nuestra cultura propia del tercer mundo, que es después que ocurre la desgracia que todos se ponen a pensar en cómo pudo haber sido evitada.

Espero que los organizadores tomen en cuenta estas críticas, que son formuladas sin ninguna otra intención que no sea apoyarles, desde esta tribuna, para que los espectáculos venideros sean mejores aún.
 

Artículos por:  A.J.B.

Fotos: "el birrioso". 

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