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El nacimiento de la Copa de Naciones

8 de febrero de 2007

Un rugido estremece la selva, los quetzales y guacamayas salen huyendo, los truenos siguen cayendo y el tapires y mono araña se esconde.
Un fuerte temblor en la cúspide del volcán Poas dio inicio a una reunión ancestral, que marcará la historia de la región.
Los indios Queopas de Costa Rica, cedieron el terreno para la reunión, cerca de la orilla central del Río Sarapiquí.
El valeroso cacique Úrraca, representando a Panamá fue el primero en llegar porque se encontraba visitando a su colega Barú en tierras chiricanas.
Úrraca fue atendido por la hospitalidad de los Queopas, hasta que llegó de Nicaragua el gran cacique Diriangen.
Diriangen le dio un fuerte abrazo a Úrraca y le preguntó donde estaban los demás.
-Llegando- respondió uno de los caciques de Chactemal, que llegó desde Belice.
Más allá se veía llegar entre la espesura a Lempira, el más valiente líder de la Honduras aborigen, quien se mostraba apurado por volver a Congolon,  lugar donde el señor de los lenca fue muerto por una asquerosa traición.
Lempira pregunta a Úrraca como va la guerra por defender las tierras del invasor español.
Derrepente irrumpe Uspanteko de Guatemala, quien viene con un quetzal dorado sobre su hombro derecho.
Uspanteko trajó algunos regalos, conchas de hermosos colores provenientes del lago Atitlán.
-Quien falta-, preguntó Diriangen.
-Falta Atlacatl-, responde Lempira.
 Cuando de pronto se escucha sobre la copa de una roble: -el señor de los pipiles llegó-
-Ya era tiempo, empecemos pronto, aun nos queda volver a nuestras tierras y luchar contra los españoles- dijo Úrraca.
-¿Cuál es el motivo de la reunión?-, dijó Diriangen.
-Jugar-, respondió Atlacatl.
-Nos trajeron para jugar-, replicó con tono agresivo el líder de los Chactemal.
Lempiras dijo:-no es sólo un juego, es una unión entre naciones-.
Atlacatl toma la palabra por primera vez en este coloquio: -las estrellas me enviaron el mensaje que nuestras naciones se unirán en cada dos ciclos completos del sol, para jugar algo parecido a la pelota maya y que la postre será jugado y aplaudido por todo el mundo, reunirá masas y despertará pasiones-.
Uspanteko y uno de los caciques de Chactemal concuerdan que esto es un designio que también predijo el calendario solar.
-Y donde jugaremos-, preguntó Úrraca,-¿donde hay un lugar tan grande para albergar a siete naciones en este juego?-.
-En Cuzcatlan-, expresó Atlacatl,-mi pueblo estará dispuesto a recibirlo a todos los hermanos de estas tierras-.
-Entonces que quede establecido, que nos reuniremos cada dos años a jugar este deporte-, indicó Lempira, quien preguntó: -como se llamará este juego-.
-Que tal si lo llamamos "chutchol", como el juego chino que se parece a la pelota maya-, sugirió Úrraca.
-Que así sea-, dijeron todos los caciques en una sola voz, luego estrecharon sus manos y se perdieron por cada uno de los puntos cardinales, rumbos a sus naciones, para seguir la guerra contra España.

Desde ese entonces, toda Centroamérica se reune cada dos años para jugar lo que hoy conocemos como fútbol, y bajo el aval de la Unión Centroaméricana de Fútbol (UNCAF), se creó un torneo llamado: Copa de Naciones.
El Salvador, en especial, el estadio Cuzcatlán, terrirorio donde reinó Atlacatl, será el escenario de esta copa, en su versión número nueve.

Cuento creado por:
Omar De La Cruz
Periodista de Panamá América

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