23 de julio de 2007
Una nación estará orando porque un compatriota logre tirunfar, logre bañarse en oro.
Una nación estará animando desde el pequeño istmo, para que aquel que llaman "El Canguro" logre triunfar y que la bandera de tres colores que representa a la país del Canal este donde se merece, en la cima.
Toda una provincia se unirá para ver saltar a Irving, el vecino, el amigo, el compañero, el colonense que los llena de orgullo.
Una familia esta junta para ver al hijo seguir madurando, seguir creciendo, seguir conquistando el mundo, que hoy parece tener a sus pies.
Birriapanama.com estará llevando las incidencias de una panameño que hará que las notas de "Alcanzamos por fin la victoria" suenen con fuerza en el Joao Havelange de Río de Janeiro, Brasil
Con una salto de 8.38 metros en la ronda de clasificación y con rivales alejados por muchos centímetros, Irving Saladino tiene a simple vista, seguro su nombre entre los dorados del deporte panamericano.
Saladino, no piensa en un batalla con el campeón cubano Iván Pedroso, quien clasificó como la mayoría, con un brinco por debajo de los 8 metros.
Saladino piensa en algo más grande, en la marca de un gigante, en los 8.75 que Carl Lewis estableció como récord continental en los Juegos Panamericanos de Indiaponapolis en 1987.
Saladino saltará con una nación empujándolo mientras intenta desafiar la gravedad. Ese salto representará el triunfo de los atletas que se sacrifican, aquellos que vencieron a las fariseos, farsantes, hipócritas y mal llamados dirigentes deportivos, quienes por muchos años han creado una realidad deportiva en Panamá, que es digna de los más duros y crueles rechazos.
Birriapanama.com sólo te dice: Irving salta a esa fosa de arena y cuando te pares, mira hacia el horizonte donde te espera la historia.
Redacción de Birriapanama.com
Foto cortesía: Alonso Solis (Río de Janeiro).
