27 de diciembre de 2007
El boxeo es un deporte duro y en gran parte, rodeado de mucho machismo, pero cuando una mujer entra a él, deja huellas imborrables.
Con cinco décadas de ser figura influyente en la evaluación y arbitraje en el boxeo aficionado panameño, Mireya de Archibold confiesa que está enamorada de un deporte de fortaleza y nobleza.
"Terminé enamorándome del boxeo una vez que entré en él", expresó la señora de Archibold, luego de recibir ayer la Orden al Mérito Deportivo Manuel Roy, en Grado de Gran Comendador.
Mireya se inició en el boxeo el 11 de noviembre de 1969, tras concluir sus cursos para ser juez y árbitro, impartidos por los fallecidos Eduardo Castillo y Carlos De La Flor.
"En realidad no era algo en lo que quería estar, pero a mi esposo le gustaba mucho el boxeo profesional y un día entré a un curso. La mayoría notó que tenía actitud y me incentivó a quedarme, lo demás es historia", indicó Mireya, quien recuerda que en 1974 recibió, en la Colón, el reconocimiento a mejor árbitro de boxeo aficionado, un galardón memorable en el mundo del pugilismo dominado por hombres.
Mireya no solamente tiene años de ser jueza local, sino que desde 1977 tiene el rango de Juez Continental.
Grandes recuerdos tiene Mireya de actuaciones aplaudidas en Nicaragua, Costa Rica, México, Honduras y Colombia, este último país dejó gratos recuerdos en ella.
"Los colombianos estaban encantados conmigo, en realidad era para ellos difícil creer que una mujer pudiese trabajar tan bien como árbitro o juez", indicó de Archibold.
Mireya asegura que no tiene galardones internacionales, pero está feliz porque es reconocida y respetada, lo cual, según ella, es más importante.
Respeto
"Me respetan, el respeto es bueno, más que recibir un pergamino", expresó la dama, que es ahora maestra de los nuevos valores del arbitraje aficionado.
"Hoy les enseño a muchos y me hace sentir bien el saber que aún tengo esa capacidad de transmitir las cosas que aprendí y que cada día aprendo", indicó Mireya, quien recomienda a los nuevos jueces y árbitros de boxeo "abrir el libro" para repasar las reglas.
Y es que sus pupilos hablan bien de ella.
En 1988, un nuevo árbitro debutaba, Gaspar Mendizábal, quien al bajar del ensogado fue recibido con palabras de aliento por esta decana del arbitraje.
"Ella me hizo sentir muy bien; la forma en que me habló fue impactante, me sentí como el más experimentado de los árbitros", aseguró Mendizábal, quien hoy es entrenador y periodista especializado en boxeo.
¿Pero por qué nunca quiso ser profesional?
"El boxeo profesional es más sangriento, diferente al amateur, donde promovemos un boxeo humanizado, con reglas que protegen al deportista", expresó la señora de Archibold, quien recuerda con cariño las peleas aficionadas de Hilario Zapata, de quien nunca dudó que lograrían convertirse en campeón mundial.
"Este deporte es lindo; dígame en cuál otro, después de golpearse, uno se abraza", concluyó de Archibold, quien está lista para ponerse nuevamente el uniforme blanco que ha vestido por 38 años.
Por: Omar De La Cruz
Panamá América