Por: Campo Elías Estrada
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Una vez le pregunté a Jorge “Yoyo” Méndez, que para él quién era el mejor futbolista panameño. El Rambo, como también se le conocía, no dudo en responder, contestó de inmediato que Cascarita Tapia.
Luis Ernesto Cascarita Tapia nació el 21 de octubre de 1944 en El Chorrillo. Casado con Emma Arboleda y padre de cinco hijas. Hoy su nombre queda en las páginas gloriosas del fútbol nacional como uno de los grandes delanteros que tuvo el fútbol panameño entre los años 60 y 70.
Falleció este miércoles 13 de noviembre del 2024, día del Periodista, a los 80 años producto de un paro cardiaco. Su nombre siempre se mantuvo a la palestra, por más que Panamá haya tenido a artilleros de renombre como Julio Dely, Rommel, Mendieta, Tejada, Blas, y otros muchos. Por eso, al hablar de artilleros históricos, a la hora de seleccionar a los más grandes, siempre se tendrá que abrir un compás para mencionar a Cascarita Tapia, por respeto, historia y por su legado.
Tapia brilló en el fútbol salvadoreño con el Alianza, cuando el fútbol cuscatleco era una potencia en Centroamérica. Formó parte, además, de la primera selección nacional que debutó en una eliminatoria mundialista, para Argentina 1978, anotando el primer gol de estas lides, nada menos que a Costa Rica, el 4 de abril de 1976, en el entonces estadio Revolución, cuando Panamá la derrotó 3-2.
Antes de ese partido memorable para el fútbol panameño, Cascarita Tapia había entrado en la historia del Alianza al conquistar tres campeonatos seguidos, entre los años 1964-1965, 1965-1966 y 1966-1967, toda una hazaña, erigiéndose en goleador en cada uno de los torneos y ganándose el mote del Pelé Centroamericano. Con el mismo club había ganado un campeonato de clubes de la CONCACAF. Unos años después vestiría la camiseta del Marte salvadoreño, para enfrentar al Santos del Rey Pelé, en Panamá, el 19 de marzo de 1971.
Con ese antecedente vino a jugar ante Costa Rica en la primera eliminatoria mundialista, y de más está decir, que Cascarita era la figura, el jugador referente y el único legionario del seleccionado que dirigió el chileno Panay.