Dic 19, 7 años ago

UNA FECHA QUE NOS QUIEREN HACER OLVIDAR: 20 DE DICIEMBRE DE 1989

Por: Mario Díaz

Los panameños recordamos con dolor el 20 de diciembre, en esta vigésima séptima fecha de la invasión militar norteamericana. Murieron, centenares de niños, mujeres y hombres.

Se calcula que perdieron la vida miles de panameños inocentes.  La invasión de estados Unidos a Panamá tuvo estrategia, podemos hablar de forma diáfana a más de dos décadas, hubo un cambio radical en el sistema político de gobierno. Las instituciones militares – engendradas en Estados Unidos – que encabezaron los gobiernos durante 21 años (1968-1989) fueron relevadas por un sistema de partidos políticos. Los militares utilizaban la Guardia Nacional para gobernar entre 1968 y 1983, decían que deseaban una corriente política democrática participativa (Asamblea de Representantes). Nunca se  logro. En 1983 los militares le cambiaron el nombre a la antigua institución y la bautizaron con el nombre de Fuerzas de Defensa de Panamá (FDP). Después de la invasión de 1989, el nuevo sistema partidista se fijo como meta la democracia ‘representativa’. Tampoco obtuvieron su objetivo. El militarismo de la Guardia Nacional cuyo jefe era Omar Torrijos les dejo como herencia a quienes se apoderaron del sistema político a partir de 1989 el dominio económico de la ruta predilecta de tránsito, las valiosas tierras revertidas de la antigua Zona del Canal y la vía acuática que une a los dos océanos más transitables de la tierra.

El crecimiento económico de Panamá en la actualidad es el producto de la nobel relación de nuestro país con su posición geográfica.  Desde el 2000 hemos sido dueños de la ruta de tránsito y sobre el cual se construyó el Canal de Panamá hace 100 años (entre 1904-1914). Hay indicios que los grupos que gobiernan a Panamá desde 1990 no estaban listos para este cambio. Sin embargo, rechazaron toda expectativa de  desarrollo nacional.

En la actualidad somos testigos pasivos de un proceso en el cual se levantan grandes fortunas sobre la base de la usurpación descarada de las riquezas de todos los panameños. La mayoría de nuestro pueblo  recibe una brusca del gran crecimiento económico.

Hay que cambiar el modelo  económico actual y elaborar otro de desarrollo integral. En otras palabras, poner  nuestras riquezas al servicio de la población, haciendo énfasis en la juventud: educación y salud igual para todos. Hay que aprovechar los recursos que obtenemos nuestra privilegiada posición geográfica. Estados Unidos nos ha enseñado que no se detendrá para someter a Panamá a sus intereses. Prueba de ello fue la absurda invasión militar del 20 de diciembre de 1989. Según fuentes del gobierno marchito del norte, el Pentágono lanzó contra Panamá un total de “25 mil soldados. Además de las tropas normalmente acantonadas en las bases ubicadas en el área del Canal de Panamá, bajo las órdenes del Comando Sur, participaron en la invasión la 7ª división de infantería procedente de Fort Ord, California. Un batallón mecanizado de la 5ª división de infantería acantonada en Fort Polk, Louisiana. Una brigada de la 82ª división aerotransportada de Fort Bragg, Carolina del Norte. Además, movilizó dos batallones de los llamados Rangers”. Panamá incluyó los últimos adelantos tecnológicos de Estados Unidos en el arte de  la guerra”. Esta nueva generación de armas fue usada después, masivamente, en las guerras del presidente Bush en el Medio Oriente: Bombarderos Stealth F-117, bombas de 2,000 libras, misiles Hell Five, helicópteros Blackhawk, Apache AH-64 y Cobra, aviones de asalto A-37, cañones de fuego rápido de 30 mm., vehículos HMMWV (Hummer) con ametralladoras de alto calibre y fusiles M-16 con mirilla infrarroja.

La  de fuerza abusiva utilizada le mereció a EEUU la condena al unisono de todas las organizaciones de derechos humanos. Organismos internacionales como las Naciones Unidas e, incluso, la OEA aprobaron resoluciones denunciando los bombardeos indiscriminados contra la ciudad de Panamá y otros lugares del país.

Daniel Delgado D.,  era el teniente coronel encargado de la plaza de Tinajas, en San Miguelito, recuerda que “las unidades de combate de las FDP estaban constituidas por alrededor de 3,000 hombres”. Los políticos  panameños deben recordar que Estados Unidos maneja su política internacional en función de sus intereses. Washington dispensa favores a los políticos locales y distribuye enormes recursos en financiar armamentos y adiestrar personal militar.

El 20 de diciembre nos ha dejado una lección que no podemos olvidar: Tenemos que conocernos mejor y trabajar para transformarla. Sólo nos toca construir un país capaz de tener una política independiente.

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